Ayer, hablando con Antonia, surgió la pregunta de cuándo la ropa interior pasó a ser una prenda habitual en la vestimenta de las personas.
La ropa interior ha cambiado mucho en los últimos 3.000 años, pasando por variadas formas y materias primas como cuero, madera, huesos de ballena, o incluso hierro.
La primera referencia a la ropa interior en la antigüedad la encontramos en la Biblia: Adán y Eva cubrían sus genitales con hojas de parra, por lo tanto podemos decir que ellos son los inventores de la misma.
Para los que no crean que las hojas de parra se puedan considerar ropa interior, decirles que casi todos los antropólogos consideran al taparrabo como una de las primeras prendas de ropa interior. Otra forma alternativa era más similar a una falda. Consistía en un trapo enrollado varias veces alrededor de las caderas y después sujeto con cinturón. En la mayoría de las civilizaciones antiguas ésta era la única ropa interior y no era reconocida como una prenda corriente de la indumentaria. Se han encontrado restos de "taparrabos" con más de 7000 años de antigüedad.
Los egipcios ya usaban ropa interior bajo sus vestidos. La prenda más antigua que se conoce son los “Shenu”, pieza similar a una enagua con bordados de oro que pertenecían a las mujeres del antiguo Egipto.
Los griegos y romanos utilizaban una prenda equivalente a lo que conocemos como bragas. Más tarde los romanos pusieron nombre a la ropa interior: bracca o bracae. Es probable que el vocablo proceda de los celtas que a su vez lo tomaron de los germanos. Los celtas que habitaban la Galia llevaban una vestimenta especial a la que llamaban bracca. Eran unas largas bragas o pantalones ajustados al cuerpo, confeccionadas en piel de animal. Esta prenda era de uso exclusivamente masculino. Todavía en la actualidad se conservan rasgos de la masculinidad de la palabra braga en la frase “es un hombre bien bragado”, para significar que es valiente o en el sustantivo bragueta.
A partir de la Edad Media la lencería empezó a fabricarse con materiales más suaves, como el algodón o el lino. El taparrabos fue reemplazado por una prenda suelta parecida a los pantalones que se ataban a la cintura y a las piernas.
El modelo corriente del siglo XIX, tanto para hombres, mujeres y niños, eran unos trajes de este algodón tejido, que cubrían desde las muñecas hasta los tobillos. Esta “segunda piel” incluía en la parte trasera una faldilla que se desabrochaba, para facilitar la visita al aseo.
Los historiadores de la moda registran un cambio importante en la ropa interior alrededor del año 1830. La ropa interior adquirió mayor consistencia y longitud, y pasó a formar parte rutinaria del atuendo. Por primera vez en la historia, no llevar ropa interior implicó suciedad, descuido, grosera indiferencia a los buenos modales, e incluso moral licenciosa. Se cree que esta transformación fue el resultado de la confluencia de tres factores: el auge del pudor victoriano y sus correspondientes dictados en cuanto a la modestia en el atuendo; la aparición de telas más finas y ligeras, que por sí mismas invitaban a la confección de la ropa interior; y los conocimientos médicos acerca de los gérmenes que, combinados con el enfriamiento del cuerpo, producían enfermedades. Los médicos recomendaban evitar los “enfriamientos” y entre el público se difundió un temor casi patológico a exponer cualquier parte del cuerpo, excepto el rostro, a un aire que se juzgaba cargado de gérmenes.
La última moda en ropa interior son las bragas Under-Ease que ofrecen protección contra los gases humanos malolientes. En la parte posterior de la ropa interior, cerca del fondo, se ha cortado un agujero triangular que permite la salida del flato. Gracias a este diseño exclusivo, todos los gases (pedos) salen por el bolsillo. El bolsillo contiene un filtro de carbono anti-pedos que absorbe las emisiones de CH4 o metano, un subproducto intestinal poco apreciado en la cultura occidental. Ignoramos la razón. La reacción que el filtro cataliza es H4C + CO2 ---> 2H2O+ 2C.
El resultado es que se absorbe el metano y se obtiene agua y dos átomos de carbono por cada molécula intestinal de metano. El H2O crea un pequeño problema porque los pedos no huelen pero pareces meado. La producción de Carbono, 2 átomos por molécula de flatulencia, es muy interesante. Nuevas investigaciones tratan de conseguir que el Carbono formado tras la emisión intestinal se presente en una de sus formas amorfas, a saber, grafito, diamantes, fulerenos y nanotubos.
« ¿Qué tengo aquí? Es una verruga muy rara. ¡Pero si he usado condón! Ya, pero el preservativo no cubre todo el miembro». Tras escuchar esta frase en una película, Damián, un vecino de Vistalegre (Cartagena), inventó unos calzoncillos antiladillas. Calzoncillo antiladillas 214 «Es un boxer que tiene un agujero para que salga el pene cuando está erecto. En el agujero va unido un condón de los de toda la vida. Los calzoncillos antiladillas son de usar y tirar. La idea de Damián es que el calzoncillo antiladillas se venda en farmacias y supermercados, y que no cueste mucho más que un preservativo: unos 6 euros.
20mimutos.es
under-tec.com
6 comentarios:
Molt interessant però jo hi trob a faltar informació sobre mariol.los i calçons blanc que per qualque cosa són molt mallorquins.
Los calzoncillos antipedos tienen un problema añadido: Como te costumbres a soltarte pedos sin reprimirte,luego te resulta muy difícil controlarte.
Estuve casi dos años opositando, en la soledad de una habitación. En tales circunstanias no paras en exqusiteces formales, y te acostumbras a hacer lo que el cuerpo te pide. Cuando volví a la civilización, sentí dificultad para respetar las normas mínimas de urbanidad
Tal y como están las cosas con los gases de efecto invernadero, entre los que está el metano, y la influencia humana en la destrucción del medio ambiente, a la cual contribuyen nuestros pedos, no es descabellado pensar que en un futuro, alguna mente preclara, de las que tanto abundan hoy en día, proponga que todos llevemos este tipo de ropa interior que no sólo contribuye a no verter este tipo de gases, si no que además contribuye a luchas contra la sequía.
Me ha encantdo este artículo y me viene de maravilla para los comentarios de los próximos meses del calendario del Duque de Berry, ya que me llama la atención que a veces los aldeanos llevn ropa interior y otras veces no la lleven. Sin duda que la ropa interior fuera un elemento del vestido masculino y no femenino signofica que los varones se protegían sus partes en momentos en que estas pudieran correr algún peligro. De ahí lo de "bragado" o de "atarse los machos".
Muy interesante.
molt bó, tens raó ¿que duen com a roba interior els de fa 50000 anys
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