~ El parto de los montes: Marzo en las Ricas Horas del Duque de Berry

31 mar 2010

Marzo en las Ricas Horas del Duque de Berry



Dijimos ya que las láminas del calendario de “Las muy ricas horas del Duque de Berry”, ofrecen una representación idílica de la relación del hombre con la naturaleza. Pero aún así, en medio de la armonía que muestran -y que probablemente no era tal-, hay mucho realismo en ellas y están llenas de imágenes que aportan numerosa información sobre la vida cotidiana y las actividades y trabajos tanto de la nobleza como de los campesinos en los siglos XIV y XV.

El cuadro correspondiente al mes de marzo presenta una escena de elaboración serena y refinada inspirada en los trabajos de los campesinos que preparan los campos al inicio del nuevo año agrícola.

El gusto por la luz y los colores brillantes así como la perspectiva lineal conseguida por medio de la composición geométrica, que proyecta un espacio unitario y permite una inmediata captación del conjunto, distancia la obra de la rigidez medieval acercándola al emergente Renacimiento Quattrocentista o al gusto por los fondos paisajísticos que serán habituales en la pintura de los Primitivos Flamencos, cuyo peculiar estilo empezaba a desarrollarse a principio del siglo XV en el ducado de Borgoña, del que procedían el mecenas y los autores de la obra.



En la parte superior de la imagen, el castillo de Lusignan, uno de los preferidos del Duque de Berry, cruza el paisaje horizontalmente; en la parte inferior y en primer plano, también en la dirección de la línea del horizonte, cierra el dibujo la figura del campesino arando con los bueyes. Los caminos que parten de las esquinas inferiores cruzan en diagonal toda la tierra de labor representada en la franja central de la lámina delimitando espacios individuales que se articulan en un solo conjunto. También los muretes de piedra que cierran las viñas están trazados en diagonal y refuerzan la impresión de diversidad dentro de la unidad pretendida por sus autores. Todo ello hace que la vista del espectador se sitúe en la parte del paisaje en la que se están realizando las labores de preparación de los campos para el período agrícola que empieza.


La disposición de las figuras es muy armónica, están dibujadas respetando la proporción respecto al lugar que ocupan en el paisaje y están perfectamente integradas en el espacio, como se refleja en las sombras emitidas por el campesino y los bueyes del grupo en primer plano, de tal manera que nada cambiaría en la unidad espacial representada si las figuras no estuvieran ahí.


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El castillo de Lusignan era uno de los más grandes castillos de Francia cuando se dibujó esta lámina. Pertenecía al Duque de Berry y se contaba sobre él una curiosa leyenda a la que alude el dragón que lo sobrevuela. Se trata del hada Melusina, esposa de Raymondin que había sido en tiempos remotos el primer señor de Lusignan. Melusina había desposado a Raymondin y le había ayudado a ser un gran señor a cambio de una promesa: nunca intentaría verla en sábado. El marido no cumplió la promesa y ella, que era en realidad una mujer reptil, adoptó su genuina naturaleza y convertida en dragón huyó por la ventana.



Por debajo del castillo la escena representa las labores cotidianas de los campesinos en el mes de marzo. La poda de las viñas, el pastoreo de los rebaños, el arado de los campos de labranza y la preparación del grano que ha de ser sembrado. Incluso estas imágenes que representan las tareas del campo están elaboradas con un gusto muy refinado y aunque reflejen la realidad del trabajo agrícola del mes, lo hacen con un trazo muy idealizado. Tanto los individuos representados, que no manifiestan la tensión del duro esfuerzo que realizan, como la minuciosa representación de los detalles confieren al conjunto ese aspecto plácido y un tanto lírico que caracteriza todo el Libro de Horas del Duque de Berry.


La poda de la viña y limpieza del campo. Cada campesino realiza su parte del trabajo y los viejos sarmientos se recogen en haces de leña. La actitud de los campesinos, las herramientas y todos los detalles del conjunto están minuciosamente descritos.


Un campesino de edad avanzada prepara el campo para la siembra. El arado con ruedas y vertedera permitía hacer un surco mayor y más profundo que el arado romano, era más manejable y menos pesado, facilitaba la maniobrabilidad y mejoraba el rendimiento en las tareas de cultivo.

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Como siempre, me alegraré si os ha gustado. Podéis ver más imágenes de este libro en
http://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Très_Riches_Heures_du_Duc_de_Berry

2 comentarios:

En Pep nostro 31/3/10, 19:22  

Estic molt content que m'hagis fet cas, tal com vaig suggerir-te a sa meva entrada "Sense títol concret" de dia 13.03.
De fet veig que tu tampoc n'hi poses cap de títol.

Antonia 31/3/10, 21:19  

Lo meun amb el titol ha estatb un descuit que ja he subsanat. Faig contes de fer tots els mesos supos que ja vares veure el febrer, es una llámina molt bona, per si te va passar per alt te pos l'enlaç

http://elpartodelosmontes.blogspot.com/2010/02/febrero-en-las-muy-ricas-horas-del.html

Estic contenta de qu8e t'agradi.

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